CÓMO TOMAR DISTANCIA Y CAMBIAR LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS A POSITIVOS Y RACIONALES…

-¿Cuál es tu actitud ante los pensamientos negativos?; -¿Cuándo tienes un pensamiento irracional qué haces?: -lo detienes y lo cambias enseguida o bien, le haces mucho caso, dándole vueltas y vueltas ?…; -¿En este momento tienes algún pensamiento que te ronda de forma constante y te genera un malestar?

EN NUESTRO DÍA A DÍA, TODAS/OS TENEMOS UN NÚMERO DESTACADO DE PENSAMIENTOS QUE LOS AUTOMATIZAMOS (convirtiéndolos en “habituales”) , Y ESTO CONLLEVA QUE CREEMOS EN ELLOS, COMO SI FUERAN REALES Y POSITIVOS EN NUESTRA DINÁMICA VITAL Y DIARIA.

“Lo cierto es que la mayoría de los pensamientos que nos rondan en nuestra mente, observamos que no son reales y nos perjudican en nuestra vida. Son irracionales y de naturaleza negativa. En consecuencia nos causan problemas emocionales y de conductas desadaptadas e incorrectas.

Por ello es importante poderlos cuestionar y comprobar su naturaleza real. De esa manera es más fácil cambiarlos en pensamientos racionales, reales y positivos.”

A continuación, se explica los 3 pasos principales en el proceso de detener los pensamientos irracionales/intrusivos para cambiarlos en pensamientos positivos:

  1. SER MÁS CONSCIENTE DE LOS PENSAMIENTOS IRRACIONALES.

El registro escrito de los pensamientos más habituales (racionales e irracionales) ya genera por el simple hecho de hacerlo, una mayor consciencia de ellos: de identificar su propia naturaleza. Es importante anotar literalmente la descripción de “estos pensamientos”, y después anotar: “qué tipo de emociones y conductas” causan estos pensamientos.  

El poder llevar un diario personal para escribir de forma literal este tipo de pensamientos, causa una disminución de estos pensamientos invasivos: -cómo nos hablamos a nosotros mismos; -nuestros razonamientos más vulnerables; -imágenes negativas que nos impactan; – pensamientos irracionales y autoevaluaciones negativas de nosotros mismos, que posteriormente nos causan emociones y conductas negativas y desadaptadas.

2. COMPROBAR Y ANALIZAR LA NATURALEZA DE ESTOS PENSAMIENTOS

Después de identificarlos, es importante comprobar “cómo son estos pensamientos y la utilidad racional de ellos”. Y uno de los ejercicios que ayuda a más es realizar las siguientes preguntas, también denominadas “diálogo socrático”, ya que ayudan a realizar una reflexión sobre el cuestionamiento y utilidad de estos pensamientos intrusivos, y también indagar sus posibles orígenes. Por ejemplo, entre las preguntas más destacadas:

– ¿De dónde me viene este pensamiento/creencia irracional? (analizo también las emociones y contexto asociado).

¿Me está ayudando este pensamiento?;¿Es útil para mí en estos momentos?; – ¿Tengo que hacerle caso?

– ¿Cuál sería el pensamiento contrario y más racional a éste?

3. DETENER LOS PENSAMIENTOS Y CAMBIARLOS POR OTROS MÁS POSITIVOS Y RACIONALES.

En este apartado hay varias estrategias posibles para realizar. Las más destacadas son las

Detener la preocupación/pensamiento negativo: con el objetivo de no alargar la cadena de preocupación. Para ello es importante, utilizar un estímulo físico (tocarse el brazo, golpe en la mesa, una tirada de goma en el brazo o pierna, decirse en voz alta “stop”, etc.)

Substituirlo por un pensamiento racional: Es imprescindible realizar este cambio para que la persona se dé cuenta que el anterior es irracional y negativo. El pensamiento positivo tiene que ser el opuesto al negativo, con una frase breve y clara.

-Realizar una conducta de distracción y/o positiva/adaptativa: que facilite el autocontrol mental, y a la vez de reforzamiento de la rueda cognitiva en positivo.

Posponer las preocupaciones para más adelante: se pueden focalizar el pensar en una hora concreta o no, en función de la persona y de su contexto particular.

-Ubicar la preocupación a «un personaje imaginado simpático»: cuando viene este pensamiento, la persona se imagina que viene con un personaje que “me caiga simpático”. Y se le dice: “ahora no puedo estar por ti”, con una sonrisa y diciendo adiós.

Es cierto que en función de las estrategias puede ser más adecuado una u otra pauta. Por tanto, primero es aconsejable analizar el tipo de preocupaciones asociadas a la situación contextual de la persona y después aplicarlas en la práctica.

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