“Yo “me vivo”, soy sujeto de mi vida en lugar del “objeto” de esta misma. Es decir: yo escojo vivir, yo “soy” en un vínculo íntimo conmigo misma, con un respeto y una entrega profunda. Sin violentar mi ser con actitudes, decisiones o actos que no sean lo que soy. Hacer o no hacer, no ya con tal “de estar bien”, sino porque escojo “ser” en coherencia, respeto, en comunión íntima, activa y consciente con lo que soy; porque esto es lo que da sentido a mi ser”.