LA TEORIA DEL DUELO DE ELISABETH KÜBLER-ROSS
Elisabeth Kübler-Ross, tanatóloga y psiquiatra suiza (nacida el 8 de julio de 1926), fue pionera en el estudio de la muerte cercana con niños y adultos. A nivel personal, a los cinco años de edad vivió su primera muerte cuando estuvo hospitalizada por neumonía, presenciando la muerte de su compañera de habitación. También observó como un vecino suyo murió ante su familia, tranquilizándola él mismo minutos antes de su muerte debido a un accidente repentino que sufrió.
«De muchas maneras, la pérdida nos muestra lo que es precioso, mientras que el amor nos enseña quién». -Elisabeth Kübler-Ross-
Todas estas experiencias vividas de niña juntamente con las que presenció cuando ya era una profesional, llevaron a Elisabeth a considerar la muerte de forma natural y espontánea, como una etapa más de la vida. LA AUTORA CONSIDERABA QUE TODAS LAS PERSONAS DEBÍAN ESTAR PREPARADAS PARA ENFRENTAR LA MUERTE CON TRANQUILIDAD, PAZ Y DIGNIDAD, COMO UNA ETAPA MÁS DE LA VIDA. Estos criterios éticos, la autora los transmitió de forma constante y coherente en el acompañamiento de los pacientes al final de su vida. Y con más motivo, cuando la autora descubría que para la mayoría de sus compañeros de profesión, la muerte era un tema «tabú» que se tenía que evitar.
Por todo ello, Kübler-Ross realizó a lo largo de su vida una gran investigación sobre el acompañamiento de muchas personas en sus últimas etapas vitales. También investigó a los familiares y personas próximas que han perdido a un ser querido, el cómo es el proceso de duelo y sus diferentes etapas. En su primera obra, fundamental en su carrera profesional: «On Death and Dying» (1969), se explica con detalle las cinco etapas del Duelo. Siendo esta Guía de E. Kübler-Ross una orientación fiable de cómo los familiares y personas queridas viven en general las diferentes fases por la pérdida de un ser querido.
ESTAS FASES DE DUELO SE PUEDEN EXPERIMENTAR DE DIFERENTES MANERAS, Y NO NECESARIAMENTE LAS PERSONAS PASAN POR TODAS LAS ETAPAS. Algunos estadios pueden ser muy intensos y prolongados por algunas personas, en cambio otros pueden pasar desapercibidos. Así mismo lo refiere la autora:
«Las cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación son parte del marco que compone nuestro aprendizaje a vivir con el que perdimos. Son herramientas que nos ayudan a plantear e identificar lo que podamos estar sintiendo. Pero no son paradas lineales en la línea del tiempo del dolor».
-Elisabeth Kübler-Ross-.
ES MUY RECOMENDABLE QUE SE PRODUZCA UN ACOMPAÑAMIENTO Y GESTIÓN DEL DUELO POR PARTE DE UN PROFESIONAL, ESPECIALMENTE SI EL TIEMPO VA TRANSCURRIENDO Y LA PERSONA SIGUE SINTIÉNDOSE BLOQUEADA EMOCIONALMENTE POR LA PÉRDIDA DE ESTA PERSONA QUERIDA.
Aunque como ya hemos comentado anteriormente: para cada persona el proceso de Duelo puede ser muy diferente. Si queréis explorar más sobre este tema, podéis consultar más información y reflexiones en los dos siguientes artículos: «Reflexiones por la pérdida de un ser querido»; «Primera Navidad por la pérdida de un ser querido».

LAS 5 ETAPAS DEL DUELO DE KÜBLER-ROSS
EL PROCESO DE DUELO CONSISTE EN CÓMO EMOCIONALMENTE GESTIONAMOS LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO. Cuando existe un apego con una persona, animal, objeto u otras situaciones similares, su pérdida genera un dolor emocional intenso. Si que el grado de intensidad emocional de este duelo depende del tipo de vinculación emocional establecida con la persona. Por lo tanto, esta experiencia de Duelo implica también otros componentes significativos en los diferentes niveles: fisiológicos, emocionales, cognitivos y de comportamientos, entre otros más específicos propios de la persona que experimenta el proceso de duelo.
A continuación describimos LAS 5 ETAPAS DEL DUELO SEGÚN LA TEORÍA DE E. KÜBLER-ROSS, que son las siguientes: 1.- Negación; -2. Ira; -3. Negociación; -4. Depresión; -5. Aceptación. Aunque hay variaciones en función de cada persona -y también cómo la misma autora explica y como hemos comentado-, es muy posible que las etapas no sean lineales ni rígidas a lo largo del proceso de la Elaboración del Duelo. Es decir, algunas pueden vivirse intensamente y otras, no experimentarlas.
- 1. NEGACIÓN
La etapa de negación de la pérdida es una reacción que se produce de forma muy habitual. Especialmente, se suele manifestar de forma inmediata al fallecimiento de la persona. Los síntomas más frecuentes en esta etapa se caracterizan por: incredulidad, desconcierto, estado de shock emocional, embotamiento emocional y si este es elevado, también puede manifestarse confusión y embotamiento cognitivo. El grado de negación depende de cada persona, así como su semiología: puede ser una negación más indefinida/abstracta, o bien no dar excesiva importancia a esta pérdida, en relación a que «esta no quede claro que sea definitiva».
- 2. IRA
Cuando se termina la primera etapa de negación, habitualmente la persona se siente frustrada e impotente porque no sabe cómo gestionar y/o cambiar las consecuencias de dicha pérdida. Estos sentimientos de frustración conllevan emociones de enfado, ira, rabia. El fin de la negación va asociado a sentimientos de impotencia con respecto a la propia capacidad de poder modificar las consecuencias de dicha pérdida. Esta frustración conlleva a su vez, la aparición de enfado/ira como ocurre en otras situaciones similares de pérdida. Si estos sentimientos son muy intensos emocionalmente, es importante poder expresarlos con otras personas de confianza que faciliten de forma adecuada su gestión emocional.
- 3. NEGOCIACIÓN
En esta etapa de negociación, la persona mantiene «una cierta esperanza con actitud relativa en que nada cambie«. Esta actitud puede ser un mecanismo de defensa para minimizar el dolor y sufrimiento por la pérdida del ser querido. Esta fase como las anteriores, pueden manifestarse en otro tipo de situaciones, como por ejemplo, en los pacientes a quienes se les diagnostica una enfermedad terminal, y en concreto en la fase terminal del paciente, que se les comunica de forma objetiva y científica que no existen otras opciones de tratamiento médico. No obstante, es razonable que en los primeros días de la comunicación, la persona intente por ella misma buscar otro tipo de alternativas viables que le aporte mayor esperanza para vivir.
- 4. DEPRESIÓN
En el período de la depresión es cuando la persona es mucho más consciente de la situación. Es en esta fase que la persona comienza a asumir realmente la pérdida de la persona amada. Y como consecuencia de ello, es probable que en este estadio se experimenten síntomas propios de una depresión: sentimientos de tristeza, estados de variabilidad anímica (alternando estados de ansiedad con tristeza), lloros, apatía, desesperación, pensamientos disruptivos, falta de motivación, crisis existencial (falta de própositos vitales: sentido de la vida), aislamiento social.
Si se experimenta este estadio, es importante que exista un control de estos síntomas con el objetivo que no se intensifiquen ni se prolonguen en el tiempo. Si fuera el caso, se aconseja acudir a un médico y/o psicólogo para que faciliten el tratamiento de estos síntomas de forma más adecuada y efectiva.
- 5. ACEPTACIÓN
Cuando se han experimentado las anteriores etapas llega la etapa de la aceptación de la pérdida de la persona. Habitualmente en esta fase la persona manifiesta un estado de serenidad y calma interior. Racionalmente y correspondiente a esta fase, implica una mayor normalización de estos sentimientos de tristeza tan naturales ante la pérdida de una persona amada.
Es entonces cuando la persona puede experimentar nuevos cambios vitales a partir de los propios recursos y aprendizajes obtenidos del dolor y sufrimiento. También es frecuente que la persona se plantee reflexiones vitales. Como por ejemplo: el sentido de su propia vida o del acto de morir, entre otras… En consecuencia, la persona aprende a priorizar más según qué aspectos vitales, así como «el relativizar otras situaciones» que antes se les podía dar excesiva importancia. Todo este proceso se denomina: Resiliencia (podéis consultar el artículo referente: «¿Yo soy resiliente?«).
«La realidad es que llorarás para siempre. No “superarás” la pérdida de un ser querido; aprenderás a vivir con ello. Te sanarás y te reconstruirás alrededor de la pérdida que has sufrido. Volverás a estar completo, pero nunca serás el mismo. Tampoco deberías ser el mismo ni querrías serlo».
-Elisabeth Kübler-Ross-.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
- Kübler-Ross, E. (1969). On death and dying. New York: The Macmillan Company.
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